HOLANDA SE PINTA DE AZUL.

Hoy por la tarde se jugó la final de la UEFA EUROPA LEAGUE en Ámsterdam, teniendo como anfitriones al Benfica, de Portugal y al Chelsea, de Inglaterra. Contrario a todo lo que se había dicho, me pareció que el Benfica fue un digno rival en una final como ésta. Supieron como acomodarse perfectamente en todos los espacios y lograron una mayor posesión del balón frente a los ingleses. Supieron controlar el ataque del equipo rival y plantearon una posición bastante sólida. Desgraciadamente, un error en la defensa hizo que se presentara una gran oportunidad de ataque individual de parte de el Niño Torres, que por supuesto que no  desperdició y terminó anotando el gol que les daría la victoria durante unos instantes. Una mano clarísima de Azpilicueta dentro del área hizo que se marcara un penal a favor de los portugueses. Cardozo no dudó ni un segundo en el momento de disparar y lo hizo de una manera espectacular, como sólo los grandes saben hacerlo. A mi parecer, el segundo tiempo estuvo bastante intenso, pero los últimos veinte minutos fueron en los que más se sufrió. La afición estaba a la expectativa de cualquier movimiento, cualquier jugada que indicara al vencedor y ganador de esta competición. Un disparo por parte de Lampard terminó golpeando el travesaño y el Chelsea se perdía la oportunidad de liquidar al Benfica en esos momentos. Peter Cech, el arquero de los blues, también fué protagonista al bloquear un disparo que iba directo al arco. Todos pensabamos que nos iríamos a tiempos extras, pero en el tiempo agregado, generado por un tiro de esquina que Ramires buscó inteligentemente, Ivanovic definió potentemente el marcador a favor de su equipo. Los blues se coronaban campeones faltando un minuto para dar por terminado el partido. El Benfica hizo todo lo que pudo, puso el corazón en la cancha, pero la suerte es lo que faltó para superar a los ingleses quienes de igual manera, tuvieron una actuación impresionante.

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