Sufriendo en casa.

Todo se resume en el título de esta entrada. Era algo que naturalmente, no teniendo a Messi era predecible al mil por ciento. Hoy el Barcelona se notó como un equipo totalmente desubicado, sin saber hacia dónde o de que manera jugar la pelota. Sin conseguir los espacios para generar las jugadas peligrosas. Sin concretar algún intento que metiera el balón en el arco parisino... Y ahí, justo ahí, en la defensa, teniamos a por lo menos la mitad del equipo visitante, que jugó como siempre: a la defensiva. Buscando contragolpes para conseguir anotar tantos, y destruyendo el sueño de los culés de estar una vez más a un paso de la clasificación. Se notaba a un Xavi desconcertado, a un Fábregas con falta de imaginación, a un Busquets que se olvidaba de cuál era su trabajo en la defensa, y bueno, lo único rescatable del equipo era Iniesta. Él fue quien trataba de generar algo, algo para que su equipo no se desmoronara y continuara intentando anotar un gol. Pero entonces, el PSG se aprovechó de la desconcertacion de los españoles y no desaprovecharon la oportunidad de gol cuando se les presentó frente a sus narices. En el minuto 50' Javier Pastore ponía a los parisinos en ventaja sobre el equipo local. Después de esto, tenía que entrar Messi, y eso es exactamente lo que Tito hizo. En el 62' una ola de aplausos inundó el Camp Nou para recibir a 'La Pulga' quien desde siempre ha dado todo en el terreno de juego... Y claro, su presencia no se hizo esperar. Al 82', en lo que fue un increíble pase para Villa y después para Pedro convirtieron una increíble jugada en el gol anhelado. No había nada que hacer. Nadie podria parar a Messi, que es una máquina naturalmente goleadora y con una capacidad increíble.

Ahora todos sabían que lo que había que hacer era aguantar y así lo hicieron.

El último intento fue un disparo de Iniesta que era gol pero por cosas del destino no lo fue.

Y ahí, en el minuto 94' es cuando se acabo la historia para los franceses de clasificar a las semifinales en esta temporada, y empezó el sueño de ganar La Orejona una vez más para los culés.